¿Cuándo la precipitación es considerada lluvia?
El SMN considera "lluvia" a las precipitaciones con gotas mayores a 0,5 mm
Cuando la precipitación es continua y regular, y el diámetro de las gotas es superior a 0,5 milímetros se considera “lluvia”, según el SMN.
En cambio, cuando las gotas son más pequeñas y se presentan de forma “pulverizada”, se trata de una “llovizna”.
Para medir la intensidad de la lluvia se usa como unidad el milímetro por hora. Se la eligió como un estándar medir la altura en milímetros que ocupa el agua de la lluvia que cae sobre una superficie de un metro cuadrado en el transcurso de una hora.
La lluvia se mide en milímetros (mm) con un instrumento llamado pluviómetro.
Cada milímetro de lluvia que cae sobre un metro cuadrado de superficie equivale a un litro de lluvia por metro cuadrado. Es decir, en una lluvia de 60 milímetros por hora significan que caen 60 litros por hora.
La cantidad de lluvia se puede medir con un pluviómetro. Y se puede expresar indistintamente en litros por metro cuadrado o en milímetros. Ambas unidades de medida son equivalentes.
¿Cuándo se considera una lluvia intensa?
Las tormentas se forman por cambios bruscos en la atmósfera, como diferencias marcadas de temperatura y humedad
La Organización Meteorológica Mundial define lluvia como la precipitación de partículas líquidas de agua, de diámetro mayor a 0,5 milímetros.
Se le presta atención a cuánta lluvia se acumula en una hora o en 12 horas. Por ejemplo, una precipitación menor de 2 milímetros por hora es una “lluvia débil”.
Se considera que hay una “lluvia fuerte” cuando cae entre 15 y 30 milímetros por hora. En cambio, son lluvias “muy fuertes” cuando caen entre 30 y 60 milímetros por hora.
Se habla de lluvias torrenciales o intensas por encima de 60 milímetros por hora.
¿Qué diferencia hay entre lluvia y tormenta?
Una tormenta es un fenómeno meteorológico más complejo e intenso que la lluvia. Se caracteriza por la presencia de una o más de las siguientes condiciones: fuertes vientos, lluvias intensas, truenos, relámpagos, granizo y, a veces, incluso tornados.
Las tormentas se forman debido a cambios bruscos en la atmósfera, como diferencias de temperatura y humedad.
La principal diferencia entre la lluvia y la tormenta radica en la intensidad y las características asociadas al fenómeno meteorológico.
Mientras que la lluvia se refiere específicamente a la precipitación de agua, una tormenta implica condiciones más extremas y potencialmente peligrosas, según el sitio web iAgua.
Ante los riesgos de las lluvias intensas, las recomendaciones son:
No sacar la basura.
Se deben retirar objetos que impidan que el agua escurra.
Hay que mantenerse alejado de zonas costeras y ribereñas.
Desconectar y alejarse de artefactos eléctricos. Se debe cortar el suministro eléctrico si hay riesgo de que el agua ingrese en tu casa.
No refugiarse debajo de postes o cables de electricidad.
Hay que evitarlas actividades al aire libre, y buscar un lugar bajo techo.
Evitar circular por calles inundadas o calles afectadas.
Informarse sobre los lugares de evacuación y sitios elevados.
Hay que tener siempre lista una mochila de emergencias con linterna, radio, documentos y teléfono.
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