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Pablo Petrecca: "El empleo del siglo 21 necesita leyes del siglo 21"

El senador provincial se refirió al caso Naranja Mandarina y consideró que "modernizar las leyes laborales es cuidar los nuevos empleos, sostener a las PyMEs y defender el trabajo genuino. Junín y la provincia necesitan reglas que acompañen el futuro, no que lo frenen".

El senador Pablo Petrecca estuvo presente este viernes en Sociedad Comercio e Industria donde participó de la charla y debate "Modernización laboral, entre lo ideal y posible" que estuvo a cargo de Jorge Samouelian, abogado y procurador, recibido en la Universidad Nacional de Buenos Aires en el año 1983 y matriculado en el año 1984 quien tiene a su cargo las Áreas de Consultoría y Negociación del Estudio Samouelian.  De este modo, centra su actuación profesional en el asesoramiento personal de Empresas y Cámaras Empresarias, la publicación de informes dirigidos a los Clientes del Estudio y de notas destinadas a la prensa, y la dación de Cursos-Talleres sobre la temática laboral.

El legislador provincial expresó que "resulta ámbito esencial de su prestación el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social: Dirección Nacional de Relaciones del Trabajo; Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (SECLO) -Audiencias Espontáneas y de Conciliación Obligatoria-; Servicio de Conciliación Optativa para Comercio y Servicios (SECOSE)", a la vez que agradeció a la Sociedad Comercio e Industria de Junín, CAME y FEBA por la invitación a debatir en el tema.

Consideró Petrecca que "el trabajo cambió. Los empleos cambian. Las formas de producir cambian. Pero las leyes siguen mirando un mundo que ya no existe. Y esa desconexión hoy tiene consecuencias reales".

"En nuestra ciudad, el caso de Naranja Mandarina" es un ejemplo concreto: un comercio con apenas tres empleadas que está al borde del cierre por un juicio laboral que no contempla la realidad de una micropyme. Cuando el sistema castiga a quien da trabajo, no hay ganadores", reflexionó el legislador.

A renglón seguido indicó que "defender los derechos laborales es irrenunciable. Pero sin previsibilidad jurídica, sin reglas modernas y sin sentido común, el resultado es menos empleo, más informalidad y más comercios que bajan la persiana. Desde la Legislatura tenemos la obligación de dar este debate sin prejuicios ni slogans",

"Modernizar las leyes laborales es cuidar los nuevos empleos, sostener a las PyMEs y defender el trabajo genuino. Junín y la provincia necesitan reglas que acompañen el futuro, no que lo frenen", señaló Petrecca.

El caso de Naranja Mandarina: Una sentencia laboral la dejó al borde del cierre

Los dueños de Naranja Mandarina -el caso planteado por el senador Pablo Petrecca en el debate de la charla "Modernización laboral, entre lo ideal y posible" que estuvo a cargo de Jorge Samouelian-, atraviesan un momento complejo: una sentencia laboral con actualizaciones multimillonarias. Lo que empezó como una disputa comercial terminó en una condena que amenaza con hacer desaparecer a un emprendimiento que fabrica todo lo que vende, mantiene tres empleadas y da trabajo a colaboradores externos.

Mariana Cademartori —propietaria mayoritaria— y Sebastián Martino, que posee el 20%, hablan de una “situación desesperante”. En 2021, cuentan, la empresa cortó vínculo con un distribuidor que operaba en una zona específica y con quien la relación había terminado en malos términos. Ese hombre se consideró despedido, aseguró ante la Justicia que era empleado y no proveedor, y demandó a la firma.

En junio de 2025, el Tribunal de Trabajo del Departamento Judicial de Junín dictó sentencia: consideró que el distribuidor era en realidad un trabajador en relación de dependencia y fijó una indemnización de $14.041.707.

Hasta ahí, un monto elevado pero pagable. Sin embargo, todo cambió cuando los jueces aplicaron el denominado fallo “Barrios” de la Suprema Corte bonaerense, un antecedente polémico que impacta sobre la actualización de créditos laborales.

La cifra se multiplicó hasta alcanzar $190.132.818 —unos 150 mil dólares al valor de aquel momento—. “Es desproporcionado, es impagable”, resumió Cademartori, que asegura que siempre actuaron de buena fe y que el demandante, incluso, “nos debía plata y se aprovechó de un momento en el que yo estaba atravesando un cuadro de depresión”.

La empresa apeló y pidió a la Suprema Corte provincial que analizara el caso sin exigir el depósito previo del monto, algo materialmente imposible para una micropyme.

Mientras esperaban el plazo otorgado para presentar la pericia contable que acreditaba esa imposibilidad, el Tribunal dictó una medida cautelar: bloqueó todas las cuentas de la empresa por $330.455.809.

El embargo paralizó la operatoria diaria. “No podemos planificar ni comprar insumos para la nueva temporada, no llegamos a cumplir con nuestras obligaciones tributarias y tuvimos que reducir horas de trabajo de nuestras tres empleadas”, explican.

Según relatan, en algún momento se barajó un acuerdo extrajudicial por US$30.000, pero no lo aceptaron: “Habría sido reconocer que el hombre era empleado nuestro, cuando no lo era. Confiamos en la Justicia, y hoy nos encontramos frente a algo totalmente injusto”.

Además del impacto económico, remarcan el golpe emocional: “Fabricamos ropa que a los chicos les encanta y les queda bien, tengan el cuerpo que tengan, muchos vienen felices a elegir qué ponerse. Y ahora no sabemos si vamos a poder seguir. Estamos evaluando cerrar si esto no se revierte”.

Todo esto se da en el marco del debate por el proyecto del gobierno nacional de reforma laboral en el Congreso, y los dueños de Naranja Mandarina creen que su caso es un ejemplo del “laberinto jurídico” que enfrentan las pequeñas empresas. “Solo pedimos poder trabajar. Hoy, la Justicia nos dejó sin herramientas para sobrevivir”, concluyen.


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