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LITURGIA COTIDIANA 5 DE ENERO DE 2024: De la feria. Blanco.

 



LITURGIA COTIDIANA 5 DE ENERO DE 2024: De la feria. Blanco.

Prefacio de Navidad.

LECTURA 1Jn 3, 11-20

Lectura de la primera carta de san Juan.

Hijos míos: La noticia que oyeron desde el principio es ésta: que nos amemos los unos a los otros. No ha­gamos como Caín, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano, en cambio, eran justas. No se extrañen, hermanos, si el mundo los aborrece. Nosotros sabe­mos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida posee la Vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que Él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios? Hijitos míos, no amemos con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios aunque nuestra conciencia nos repro­che algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas. Palabra de Dios.

Comentario: En el discurso de despedida, Jesús enseñó que «nos amáramos los unos a los otros, como él nos amó». Esto implica discernir y comprender que el amor cristiano es benéfico y crea comunidad. En tanto, el odio, cuyo paradigma es Caín, solo acarrea muerte y destrucción. Por eso se entiende la dureza en las palabras del Señor: «El que odia a su hermano es un homicida».


SALMO Sal 99, 1-5

R. ¡Aclame al Señor toda la tierra!

Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta Él con cantos jubilosos. R.

Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a Él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño. R.

Entren por sus puertas dando gracias, entren en sus atrios con himnos de alabanza, alaben al Señor y bendigan su Nombre. R.

¡Qué bueno es el Señor! Su miseri­cordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones. R.


ALELUIA

Aleluia. Nos ha amanecido un día sagrado; vengan, naciones, adoren al Señor, porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra. Aleluia.


EVANGELIO Jn 1, 43-51

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

Jesús resolvió partir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme». Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a Aquél de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José». Natanael le preguntó: «¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?». «Ven y verás», le dijo Felipe. Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Éste es un verdadero is­raelita, un hombre sin doblez». «¿De dónde me conoces?», le preguntó Natanael. Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera». Natanael le respondió: «Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel». Jesús continuó: «Porque te dije: “Te vi debajo de la higuera”, crees. Verás cosas más grandes todavía». Y agregó: «Les ase­guro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre». Palabra del Señor.

Comentario: La vocación de Natanael contrasta con el primer Israel o su patriarca, Jacob, famoso por su astucia y engaños (Gn 27-30). Natanael, con su confesión de fe, se hace testigo de la gloria de Dios, que comenzará a revelarse en la vida pública de Jesús. Además, en su vocación, se reconoce que la iniciativa siempre parte de Dios; pero al mismo tiempo la fe en él contagia y no puede confinarse.

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