Ante versiones de recorte de trenes de larga distancia crece la preocupación por el futuro de los servicios Retiro-Junín y Once-Bragado-Pehuajó
El ministro de Economía de la Nación tiene intervenidas las empresas ferroviarias, pisa todos los contratos y hay riesgo operativo informó el sitio especializado en temas del riel Enelsubte.com . La precariedad que afrontan los servicios de larga distancia y también los trenes locales del AMBA con tracción diésel está directamente vinculada a la “intervención financiera” de Luis Caputo.
Así lo indicó el sitio web especializado en temas ferroviarios Enelsubte.com este viernes (Ver nota)
La Secretaría de Transporte depende ahora del Ministerio de Economía que comanda Luis “Toto” Caputo, quien de esta manera iguala las competencias que tenía el superministro Domingo Cavallo durante la privatización menemista: entonces, el Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos había fusionado las que tradicionalmente habían sido dos áreas con criterios de gestión muy distintos. Por otro lado, permanece en la Jefatura de Gabinete una secretaría encargada de la supervisión de las empresas del Estado, a cargo de Mauricio González Botto.
Según pudo saber Enelsubte.com, el funcionamiento de las empresas ferroviarias –que pasaron casi dos meses acéfalas– se encuentra virtualmente intervenido por el tándem de Caputo y el jefe de Gabinete Nicolás Posse, a través de González Botto. Las autoridades de Trenes Argentinos no toman ninguna decisión relacionada con los servicios a su cargo más allá de implementar las directivas de ajuste indicadas por Economía.
Extracto del acta de directorio número 396 de SOFSE, fechada el 6 de mayo pasado, plasmada en el documento GEDO ME-2024-23930595-APN-SG#SOFSE.
En ese sentido, el directorio de Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) oficializó la semana pasada esa dirección a través de una resolución de directorio en que se aprobó un plan de reducción de personal, la suspensión de coberturas de vacantes y relevos, y la elaboración de un plan de retiros voluntarios. La SOFSE, que opera cinco de las siete líneas ferroviarias del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y todos los servicios de pasajeros regionales y de larga distancia, es la mayor de las empresas ferroviarias del Estado: emplea a unos 23 mil empleados.
Además, Elsubte.com agrega que "el objetivo del Gobierno, según se informó, es reducir la plantilla en un 30% en las distintas empresas ferroviarias, a través de un esquema que apuntaría a despedir a un 15% del personal en el corto plazo y otro 15% a lo largo del próximo semestre. Esta iniciativa, que podría desprenderse del resultado de alguna auditoría o intención de racionalizar estructuras superfluas, aparece en cambio impuesta como precondición anterior a cualquier criterio. Además del pretendido ahorro fiscal, otro propósito es volverlas más atractivas para su oferta al sector privado".
Pero la parálisis en SOFSE va más allá del ahorro de personal: desde el cambio de gobierno están paralizadas todas las licitaciones pendientes, incluyendo algunas fundamentales para la continuidad del servicio, como la reparación de locomotoras SDD7 para la línea San Martín –pese a que fue adjudicada en diciembre–, la renovación de vía entre Cardales y Capilla del Señor en la línea Mitre, o el mejoramiento entre Ayacucho y Tandil, necesario para concretar la anunciada reposición del servicio Plaza Constitución – Tandil.
La falta de pago a proveedores también está generando estragos. Comenzó a notarse en enero, cuando el impago con distribuidores de mercadería para los coches comedor llevó a cerrar el –de por sí muy escueto– servicio de restauración en los trenes de larga distancia. Poco después, la práctica totalidad de boleterías en el AMBA permaneció cerrada por varias semanas por un reclamo de la recaudadora de caudales que las autoridades de Trenes Argentinos no mostraron ningún apuro en resolver. Desde enero, también, se encuentra reducido el servicio de varias líneas metropolitanas por supuestos motivos estacionales que esconden ahorros en gastos de mantenimiento.
LOS TRENES DE LARGA DISTANCIA EN LA REGION
Al conocerse esta noticia la preocupación se incrementa en la comunidad dado que el servicio ferroviario es cada vez más utilizado debido al alto costo del pasaje en omnibus de larga distancia. El boleto más barato en omnibus sale 14.250 pesos por persona y luego hay pasajes de 13.760 pesos, 16.250 pesos, 17.250 pesos, 18.750 pesos y el más caro es 19.800 pesos.
El boleto del tren de pasajeros Junín Retiro sale 4.190 pesos en Primera y 5.010 en Pullman; desde Chacabuco el boleto sale 3.235 pesos en Primera y 3.845 en Pullman.
La inquietud, al igual que lo sucedido en la década de 1990 cuando toda la comunidad encabezada por el entonces intendente Abel Paulino Miguel, junto a los gremios ferroviarios, se movilizaron realizando concentraciones en la Estación Junín, manteniendo entrevistas en medios televisivos nacionales y hasta entrevista con funcionarios del entonces gobierno del presidente Carlos Menem.
Actualmente pasan por Junín los servicios diarios de Junín-Retiro y viceversa y el de Retiro-Justo Daract / Palmira.
En el caso del servicio Once-Bragado-Pehuajó que también pasa por Carlos Casares, Nueve de Julio y Chivilcoy, el valor del pasaje Pehuajó-Once es de 6.975 pesos para el servicio de Primera y 7.280 pesos en Pullman, desde Bragado el costo del pasaje es de 3.480 pesos en Primera y 4.145 pesos en Pullman; Desde Nueve de Julio, el valor es de 4.310 pesos en primera y 5.155 pesos en Pullman y desde Carlos Casares a Once el valor es de 5.155 pesos en Primera y 6.170 pesos en Pullman y desde Chivilcoy a Once el valor del pasaje es de 2.610 pesos en Primera y 3.130 pesos en Chivilcoy.
Se espera un recorte de servicios diésel que podría incluso alcanzar a las líneas metropolitanas del AMBA.
Según confiaron distintas fuentes a enelSubte, en estos días la escasez se ha vuelto todavía más grave por la falta de gasoil en distintos depósitos que sirven a las líneas con tracción diésel: desde hace tres meses YPF reclama a la SOFSE por facturas de combustible impagas. De no resolverse a la brevedad podría verse seriamente comprometido el servicio de la línea San Martín y de los ramales diésel de las líneas Mitre y Sarmiento, entre otros.
La precariedad que afrontan los servicios de larga distancia y también los trenes locales del AMBA con tracción diésel está directamente vinculada a la “intervención financiera” de Luis Caputo: desde enero, aun antes de la disolución del Ministerio de Infraestructura, funcionarios de línea vienen requiriendo a las gerencias de línea de Trenes Argentinos información sobre sus costos operativos y la cantidad de personal asignado. De hecho, a fines de febrero el propio Caputo se quejó en una entrevista televisiva con TN de que los trenes “pierden tres millones de dólares por día” para justificar los planes de privatización del Gobierno.
Se prevé que tras el cierre de la temporada de verano, después de Semana Santa, el Gobierno anuncie un brusco recorte de los trenes de larga distancia que podría también alcanzar al menos parcialmente a los trenes regionales y servicios diésel del AMBA indicó este viernes Enelsubte.com
En el punteo de la nueva Ley Ómnibus presentado a los gobernadores no aparecen Ferrocarriles Argentinos ni la ADIF, aunque se insiste con “privatizar o concesionar” toda la operación ferroviaria de cargas y pasajeros.
COMUNICADO A LOS GOBERNADORES
En paralelo, según se conoció en el nuevo borrador de Ley Microómnibus presentada el viernes pasado a los gobernadores –en rigor un punteo de sus principales medidas–, algunas empresas ferroviarias habrían quedado fuera del paquete inicial de privatizaciones. El nuevo proyecto sigue mencionando la “privatización o concesión” de las dos operadoras, SOFSE (pasajeros) y Trenes Argentinos Cargas, aunque llamativamente no aparecen la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF) ni el holding Ferrocarriles Argentinos.
Cabe recordar que la legislación vigente permite la existencia de operadores privados ferroviarios pero establece que la administración de la infraestructura y de los sistemas de control de circulación de trenes son una responsabilidad indelegable del Estado. Más allá de esto, en Economía continúan trabajando en una serie de pliegos que buscan entregar al sector privado todos los trenes metropolitanos, incluyendo –al menos en su pretensión inicial, de máxima– la propiedad de los terrenos, el “enganche” que espera el Gobierno para volver atractiva su venta.
Sin más plan a mediano plazo que privatizar todos los aspectos posibles del sistema ferroviario, los inconvenientes para los trenes realmente existentes se acumulan y plantean serias dudas sobre la viabilidad del “mientras tanto”. En el medio están los pasajeros, rehenes de decisiones que parecen haber abandonado cualquier pretensión de mejorar sus condiciones de viaje o de cumplir con la función social que corresponde a los trenes de pasajeros en el mundo.
La experiencia, no obstante, suena conocida: en el menemismo ya existió la estrategia deliberada de dejar caer el funcionamiento de las empresas públicas para justificar su privatización.
No hay comentarios