No vale todo

 

Por Francisco Peicoff, presidente de la Juventud Radical Cuarta Sección.

Enero de 1986. Raúl Alfonsin decía que había “sectores 'trotskistas' que no les interesa la democracia”, después de violentos incidentes en una marcha de repudio a Rockefeller.

Diciembre de 2001. Después de haber ganado las elecciones legislativas, la CGT avanzaba con el llamado a un séptimo paro general contra el gobierno de De la Rúa. La antesala al desastre.

Diciembre de 2017. Enfrentamientos con la policía en el marco del tratamiento de una reforma previsional. Las famosas “14 toneladas de piedras”.

Poquitos ejemplos de manifestaciones fuera de control. Todos siguiendo un patrón. Esto puede servir de introducción a otro capítulo negro: El del pasado miércoles.

Desde hace mucho tiempo existen sectores que se nutren del caos para sobrevivir políticamente. Para algunos, cuanto más estable viva una sociedad, menos conveniente resulta.

Una gran parte de nuestra historia moderna se escribió partiendo de estos parámetros. Con malos y prósperos periodos, pero dándolos por sentado.

Algo me hace pensar que vivimos otros tiempos, lo cual no significa que violentos y desestabilizadores dejarán de existir, si no que la sociedad, mayoritariamente, ya no se amedrenta tan fácil ante ciertos modus operandis: Los castiga en las urnas.

Cabe el paréntesis: Si desde el poder del estado, lejos de expresar algún que otro mensaje de paz, se mantiene siempre una posición desafiante y omnipotente, un día podría no alcanzar.

Dicho esto, dos consideraciones:

Los jubilados son un sector eternamente postergado, maltratado, y usado. Por todos. Sin excepciones.

¡Acá no hay déficit que valga! No podemos tener aspiraciones como país si nos olvidamos de nuestros abuelos.

Por último, el orden se restaura con profesionalismo y, sobre todo, con sensibilidad. Si no se capacita e instruye debidamente a las fuerzas de seguridad, las víctimas continuarán siendo una pobre jubilada que expresa un reclamo genuino, y un fotógrafo que cumple con su labor.

No vale todo. Eso no es cumplir con ninguna ley.